martes, 27 de enero de 2009

"Abwrackprämie" o la receta germana contra la crisis económica

Desde que empezó el año, las noticieros alemanes han entrado en competencia por quién presenta el panorama más lúgubre respecto a la perspectiva económica. La gente mientras tanto se entera de las pérdidas masivas de los bancos, de como el estado moviliza recursos de millones de millones de Euro para que no quiebren y esperan medio paralizados el momento que perderán su empleo. Debe ser la crisis más anunciada del siglo y todos los gobiernos preparan sus paquetes de coyuntura para frenarla. Normalmente los paquetes de coyuntura consisten en gasto público para construcciones de carreteras, edificios públicos, colegios etc.
En el caso del gobierno alemán ha anunciado una medida que hace brillar los ojos de mis compatriotas como si se hubieran topado con el Niño Jesús. El regalo tiene el nombre impronunciable de "Abwrackprämie" y consiste en 2500 Euro para cada persona que desmantele su carro antiguo (debe tener más de 9 años) y se compra un auto nuevo que emita menos óxido de carbono. Desde que salió el anuncio, se convirtió en tema de primer interés de la gente . Mucho más que la crisis financiera que es tan abstracta muchos todavía no entienden qué pasó. Ya han salido los primeros anuncios de la industria automotriz que el incentivo ha logrado atraer muchos nuevos compradores de autos. Consumidores que además de comprar un nuevo auto salen con la buena sensación de haber contribuido a la salvación de la industria nacional o por lo menos a la salvación de un puesto de trabajo en la VW o Mercedes. Porque en Alemania, el auto no es simplemente un vehículo de transporte: es el fetiche personal, el garante de la libertad individual, corazón de la industria y parte del alma nacional. Aquí, el auto hace política. Por eso es que Alemania es un país surcado de autopistas sin límite de velocidad - sino, dónde podrían exhibir todos los Mercedes, Porsche y BMW sus fuerzas de caballo ? Las marcas de autos alemanes son vacas sagradas. Por eso dicen que si le va bien la industria automotriz, le va bien a la economía alemana.

La cosa solo tiene una arista: a la canciller alemana, Angela Merkel, igual que a todos los políticos alemanes de todos los partidos de los últimos años les gusta presentarse como la vanguardia ambiental del mundo. Son los primeros en apuntarse cuando se trata de salvar el clima mundial o el medio ambiente. En el caso del "premio por chatarra" que es la traducción literal de "Abwrackprämie", se puede notar la contradicción inherente al sistema económico: hay que consumir más e ir más en auto para salvar la economía. Solo que la economía ya no es nacional. Resulta que la "Abwrackprämie" es un tiro por la culata: los alemanes cobran el cupo para comprar autos de producción ajena: autos chicos producidos en Francia, Espanha o Corea del Sur. Porque los que se pueden comprar los pesados Mercedes, BMW y Porsche alemanes no van en carros viejos y mucho menos necesitan los 2500 Euro del Estado para pagarse un nuevo modelo. La próxima vez que vean a Angela Merkel exhortando al mundo sobre la importancia del medio ambiente, recuérdenle sus autos en casa.

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