martes, 1 de septiembre de 2009

Bailando Flamenco sobre el Muro de Berlin





Debo confesar que soy una "Wessi" ignorante. Cuando era niña, la antigua Alemania Oriental o "demócrata" (DDR), se encontraba lejos y no me interesaba. Y cuando el muro de Berlin cayó y las dos Alemanias, la de los "Wessis" (del Oeste) y la de los "Ossis" (los habitantes de la antigua Alemania comunista), se re-unificaron, yo ya vivía fuera de Alemania.

Es por esa mi ignorancia que devoro las historias de la "DDR". Muchas de ellas me dejan boquiabiertas. Como la historia de Christine, de cómo superó "su" muro de Berlin bailando flamenco
.


Christine Mechelk es una mujer bella, de facciones clásicas y el pelo recogido en una trenza larga. Es fácil imaginársela con un abanico en la mano y zapateando sobre las tablas una malagueña o una colombina. Christine no será la primera alemana a dejarse embrujar por el baile andaluz. Pero ciertamente la primera mujer de la antigua DDR a lanzarse de lleno a esta aventura de baile, en un tiempo cuando España aún se situaba al otro lado de la cortina de hierro y la península ibérica formaba casi un continente aparte. Un tiempo en el cuál el baile flamenco se convirtió en símbolo de libertad para una joven mujer en la antigua "DDR".

Todo empezó en el 1986. Christine Mechelk tenía entonces 31 años, estaba casada y madre de dos hijos. Como todas las mujeres en la DDR, ella ejercía alguna profesión. Christine trabajaba en la televisión, primero como ingeniera de sonido, luego como investigadora. Cuando le encargaron investigar el tema del "lenguaje corporal" para un programa de televisión, Christine se metió tanto con el tema que decidió aprender un lenguaje del cuerpo. Aún no sabía el cuál..... hasta que vio la película "Carmen" de Carlos Saura, en el cine Kosmos de la Karl-Marx-Allee en Berlin-Este. Christine recuerda hasta hoy este día clave. "Estaba sentada en el cine y sabía con toda certeza, que este era el lenguaje que quería estudiar". Hoy sería fácil encontrar profesores de flamenco por donde quiera, o en ultimas instancias, por Internet. En la "DDR" de los años 80, Christine tuvo que buscar por todo el país hasta que encontró una señora de 70 años que enseñaba danza clásica española en la ópera de y que estaba dispuesta a que ella, como aficionada, participe en algunas lecciones. Poco a poco se formó un grupito de mujeres aficionadas al flamenco que ensayaban varias veces por semana y se presentaron en público. "Lo más chistoso era, que nacimos como grupo sin que el Estado nos haya dado permiso", dice Christine. En la DDR, los burócratas comunistas desconfiaban profundamente de la iniciativa de sus ciudadanos. Un hecho que llevó a su derrota. Pero todavía no lo sabían.
Mientras tanto, Christine siguió bailando, y bailando. "Cuando empecé a bailar flamenco, desapareció mi deseo de viajar fuera. Era como si el mundo hubiera venido a mi". Siguió bailando cuando los jóvenes se reunían los lunes en las iglesias para protestar contra el régimen. Siguió bailando flamenco cuando se corrió el rumor de que en Hungría habían abierto la cortina de hierro y un éxodo hacia Budapest empezó. Christine también salía de un ensayo de baile para tomarse una cerveza en la cantina del Teatro Popular de Berlin, cuando le llegó la voz que el muro había caído. Con todo el mundo ella cruzó por primera vez en su vida el antiguo "Palacio de lágrimas", como la gente llamaba al poste de frontera hasta entonces infranqueable (por eso, lleno de lágrimas de personas que se tenían que quedar). Aquella noche, recuerda Christine, fue el frenesí total. "Unos alemanes del oeste nos invitaron a un bar y celebramos hasta la madrugada con todo el mundo". Y añade: "Eramos todavía tan ingenuos".

Ingenuos porque algunos, como Christine, pensaban entonces que la "DDR" iba a seguir con existencia propia. Porque con la libertad, Christine sintió también unas consecuencias no deseadas de la unificación. La caída del muro justamente le "cayó" cuando había terminado un proyecto y se preparaba para otro proyecto de televisión. Gracias a la caída del muro, este proyecto nunca se realizó y Christine quedó desempleada, es decir dependía económicamente del sueldo de su marido. "He perdido mi existencia propia. Para una mujer de la "DDR", acostumbrada a tener siempre su propio trabajo, esto era casi como morir".

Solo el baile la salvó de esta muerte. Después de sus presentaciones siempre habian mujere que le pidieron enseñar como se baila flamenco. Abrió su primer estudio en el cuarto piso de una casa ocupada por "punks". Empezó a hacer coreografías y le llegaron invitaciones para presentarse. Al mismo tiempo que la vieja DDR que ella había conocido derrumbó, bailar flamenco le daba la firmeza de no derrumbarse junta con su país. "Bailar era como ir al exilio, negarme a los cambios políticos que sucedían alrededor de mí".

En octubre se cumplirán 20 años de la caída del muro de Berlín. Hace tiempo que Christine abandonó su exilio. Hace dos años hasta ha dejado el baile, "porque era tiempo para mí encontrar otro medio de expresión".
Su mirada, vuelta a su antiguo país, la "DDR", está sobria y nostálgica a la vez. "He tenido una vida muy rica en medio de la DDR, que no la quiero desestimar así no más." Y: "En la DDR he aprendido que los valores de la comunidad estén por encima de los valores individuales. Que el hombre y la mujer pertenecen a una comunidad. Me gustaría ver el día, donde este sentido comunitario se vuelva a valorar".

1 comentario:

  1. hola! I found this blog while searching for christine. she tought me flamenco in 2001/2002. I learned so much from her - not only my body, but also my heart and my soul. I lost her - does anybody know where she is? It's her birthday today and I'd like to send my best wishes.
    I can read spanisch - and I think that this is a wonderful article about Christnes life and work. muchas gracias, also for the foto!

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